Varios milenios antes de Cristo ya existieron asentamientos humanos en la Sierra Blanca de Marbella, como atestiguan los objetos y restos humanos del Paleolítico y Neolítico descubiertos en sus laderas.
Recientes descubrimientos señalan que hacia el siglo VII a de C., pueblos orientales (fenicios y púnicos) se establecieron en la zona de Rio Real.
El paso de Roma por nuestro término lo atestiguan numerosos restos, tales como la Villa Romana de Rio Verde, Las Termas de Guadalmina y diversos hallazgos en el Casco Antiguo de la ciudad.
De la época visigoda nos ha quedado la Basílica Paleocristiana de Vega del Mar; una construcción singular de doble ábside de la que existe solamente otra similar en España.
Las primeras referencias de Marbella las encontramos por primera vez en los textos de los geógrafos y viajeros musulmanes de la Edad Media.
Durante la época Islámica Marbella se convierte en ciudad amurallada. Los musulmanes construyeron un castillo y rodearon la ciudad con una poderosa cerca con tres accesos o puertas: «del Mar», «de Ronda» y «de Málaga». Actualmente se conserva el Castillo pero la cerca y las puertas han desaparecido.
Marbella fue tomada por el rey Fernando El Católico el día 11 de Junio de 1.485 y este momento se encuentra representado en la sillería del Coro de la Catedral de Toledo.
Después de la Reconquista y a lo largo del siglo XVI la estructura urbana de Marbella experimentó importantes cambios. El centro de la «Medina» musulmana (hoy Casco Antiguo) fue demolido para abrir una plaza («Plaza Mayor» o «Real», hoy de «Los Naranjos») y una calle («Nueva») para comunicar aquella con la «Puerta del Mar».
Por aquel entonces la actividad económica de nuestro término estaba basado en la agricultura y la ganadería aunque seguía siendo famoso desde época árabe el vino dulce del que el viajero inglés Francis Carter (siglo XVIII, dijo: «El vino de Marbella es muy bueno; más seco y más sabroso que el de Málaga y con cierto sabor a Madeira. Estoy seguro de que si lo preparasen bien sería muy estimado en Inglaterra, incrementaría su precio y así estimularía a sus habitantes a ser más cuidadosos con sus viñas».
Durante el siglo XIX y con la instalación de los primeros Altos Hornos de España, en El Angel y La Concepción, para aprovechar el hierro de las minas de Sierra Blanca. Marbella se suma a la industrialización de Málaga que se convierte en la segunda provincia a nivel industrial en la Península.
Hace 45 años Marbella era un pueblo agrícola, con una industria minera y con 10.000 habitantes. Hoy son más de 100.000 los habitantes censados aparte su población flotante.
A partir de los años 90 es cuando verdaderamente se puede entender a nuestra ciudad como «Ciudad Universal». Las directrices y política de Jesús Gil como alcalde Marbella en esta última década del siglo XX marcan un hito importante en nuestro desarrollo. Infraestructuras, Centros Culturales, Instalaciones Deportivas, Dependencias Municipales, Campos de Golf, Nuevas Avenidas, Parques, etc. y una política sostenida de inversiones hacen de Marbella una ciudad deseada por todos y premiada en los foros nacionales e internacionales por su seguridad, su limpieza y esa cordialidad por la que son distinguidas sus gentes.
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